jueves, 19 de julio de 2007

Invasiones inglesas



Las invasiones inglesas tuvieron lugar en los años 1806 y 1807. Los ingleses se instalaron en la Banda Oriental, desde allí invadieron y ocuparon Buenos Aires, fueron desalojados, consiguieron refuerzos y atacaron nuevamente, para ser derrotados en la “Reconquista”.

En 1806, Gran Bretaña tomó posesión de Colonia de El Cabo (Sudáfrica), para facilitar el contacto las Indias Orientales. A partir de los informes que recibían del Río de la Plata (mínima presencia militar), los ingleses decidieron atacar el virreinato. La escuadra inglesa desembarcó en Ensenada, fuerte al mando de Santiago de Liniers. El virrey Rafael de Sobremonte, mandó a Luján las cajas reales y huyó a Córdoba con parte de las fuerzas. Los ingleses entraron en Buenos Aires, asumiendo el cargo de gobernador el brigadier Beresford. Los porteños, tanto criollos como españoles, se apresuraron a organizar la resistencia. Santiago de Liniers salió al mando de una expedición que enfrentó a los ingleses en la Plaza Mayor; poco después se rindieron a discreción. A partir de septiembre comenzaron a organizarse batallones y compañías, por castas y provincias. Siendo pocos los efectivos militares, fueron justamente los porteños armados (las milicias, fuerzas civiles, no militares) la verdadera fuerza de la resistencia. Moreno, Belgrano, Rodríguez Peña, y todos los nombres civiles de Mayo de 1810 figuraron entre quienes empuñaron las armas contra los ingleses.

Al conocerse en Londres la reconquista de Buenos Aires, mandaron una nueva expedición al Río de la Plata. En julio de 1807 los ingleses se dirigieron hacia Miserere (Once).

La Plaza Mayor, donde se habían emplazado cañones y abierto trincheras, fue el centro de la resistencia. Las azoteas fueron ocupadas por la infantería. Las mujeres que arrojaban piedras, todo tipo de proyectiles, agua hirviendo, pero no aceite, que era demasiado caro e importante (también el agua). El aceite es una exaltación nacionalista posterior, cuando era necesario construir nuestra identidad como argentinos.

El mando inglés aceptó la capitulación ofrecida por Liniers, se firmó el tratado correspondiente.

El pueblo tomó conciencia de su fuerza: logró derrotar a un ejército numeroso y aguerrido, demostrando la incapacidad de las autoridades españolas para la defensa. Esto explica la confianza en el autogobierno de muchos criollos, dos años después, en Mayo de 1810.

En España José I Bonaparte es el Rey puesto a dedo por Napoleón, y gobierna la Junta Central de Sevilla en nombre de Fernando VII. La Junta destituye a Sobremonte y nombra virrey interino a Liniers. En enero de 1809 se produjo un alzamiento del Cabildo pidiendo al virrey la formación de juntas patrióticas. Un grupo en Río de Janeiro con apoyo de Belgrano, pretendía crear una monarquía Borbónica en el Río de la Plata coronando a la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII y esposa del príncipe regente portugués. Liniers presentó la dimisión y la Junta nombró virrey a Cisneros (febrero 1809), el virrey destituido al caer la Junta Central de Sevilla y producirse en el Río de la Plata, la Revolución de Mayo.

En mayo de 1810 Liniers estaba en Córdoba, hizo un intento contrarevolucionario, pero fue derrotado. En agosto de 1810 fue fusilado, junto a otros líderes, como ejemplo a otros contrarevolucionarios, por orden de Mariano Moreno.

Mat Elefzerakis

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