jueves, 19 de julio de 2007

Antigüedad sin debate

Pasando por alto el detalle que las mesas sobre la Antigüedad no suelen ser abundantes, vivimos en Latinoamérica y es natural que nuestros intereses se dirijan a horizontes más cercanos y problemas más urgentes, y no a temas que hay que buscarlos en la Europa y el Oriente Próximo del alba de los tiempos, leyendo una empolvada fuente en alguna lengua muerta, en una casi milenaria institución europea. Pasando por alto esa primera queja, vamos directo a la segunda, más importante: No hubo debate, no hubo conflicto, desacuerdo que llevara a la, no siempre, productiva discusión que nos permite sacar alguna conclusión propia, aprender algo... Nada de eso... A las ponencias, los coordinadores agregaban comentarios, ni críticas, ni correcciones (excesiva camaradería, excesiva liviandad). Todos los expositores, tanto los que estuvieron bien como los que estuvieron mal, tanto los más amenos como los que dormían al auditorio (conspirando contra nuestra atención y nuestro afán junto con las pocas horas de sueño, producto de actividades nocturnas lejanas a las cuestiones académicas)...

Temprano en la mañana del miércoles comenzó la mesa Nª 69: “Formas de organización del poder y representaciones simbólicas en el Mundo Antiguo”, coordinada por la tríada de la antigüedad de nuestra casa, Marcelo Campagno, Julián Gallego (ahora sin barba) y Carlos García Mac Gaw (también imberbe), llamados, con cariño, los tres mosqueteros (o mejor, hoplitas, o jenízaros, kléftis, en fin...). Muy molesto resultaba la lectura de las ponencias. Afortunadamente, compañeros y docentes de nuestra facultad, no las leían sino más bien se comportaban como en clase, e incluso, algunos de ellos, hacían más didáctica la puesta desplegando mapas o gesticulando durante su exposición. Muy habitualmente las obras literarias cumplieron el rol de fuente y hermanaron, como suele pasar, la Historia y la Literatura, comentando también la etapa oral producto de la memoria colectiva, etapa anterior a la plasmación de las letras. ¡Gracias Homero, Hesíodo, Sófocles, Esquilo, Eurípides y Aristófanes! (Aunque no haya sido para nada entretenida la ponencia basada en una de las comedias aristofánikas). La Biblia, por supuesto, fue fuente en ponencias sobre Oriente Próximo. En varias de las puestas sobre Grecia y Roma se hizo un racconto de lo estudiado sobre la esclavitud. Aportaron un poco de satisfacción las exposiciones de Campagno y Gallego.

A las 14:00, en una sala más grande de la que habían tenido en la mañana, los tres “kléftis” se sentaron a los lados del Doctor Domingo Plácido de la Universidad Complutense de Madrid, mientras él se aprestaba a llenar de satisfacción al populoso auditorio con “Las formas de representación del poder en el Mundo Clásico”. Sin cantar ningún aria, el Doctor Plácido analizó algunos mitos a la luz de la representación del poder, por ejemplo, Zeus peleando por el trono del universo con su padre, Jrónos, representa la nueva dinastía, luchando con la vieja, aliada a miembros de la vieja hegemonía, representados en el mito por los Cíclopes y los Ekatónkiros, hermanos de Jrónos que se unieron a Zeus. Un muy interesante y disfrutable análisis del hegemón Domingo Plácido.

El jueves en la tarde empezó y terminó (tenía sólo 10 ponencias) la mesa Nª 32: “Regímenes discursivos y construcciones antropológicas en Europa occidental y Bizancio durante la Edad Media”. Para empezar quiero reivindicar al Imperio Bizantino como un Imperio Griego, tal cual lo considera el nacionalismo griego. Tal visión, extremista desde el vamos, por supuesto no figuró en ninguna ponencia. Uno de los coordinadores, Alejandro Morín, de la UBA y la UCN, cerró la mesa cerca de las 20:00, hablando sobre el pecado en la jurisprudencia, utilizando como fuente a Santo Tomás de Aquino. Otras dos ponencias también se ocuparon de análisis judiciales, tanto laicos como eclesiásticos. La dualidad Árabe-Español fue otro de los temas de mayor explotación. Se intentó analizar la visión de los pobres en el discurso hagiográfico castellano. Al igual que en la mesa de Antigua, tampoco hubo debate o confrontación en esta mesa Medieval-Bizantina, excepto un cuestionamiento del coordinador Alejandro Morín (lo cual es un mérito, no sólo estaba despierto, sino que además la escuchaba y le prestaba atención). Muy interesante, y graciosa, la ponencia sobre la Higiene de las ciudades bajomedievales hispánicas que, además, ¡Es un adelanto de la tesis! Sublime Edith Martínez, de la UNMDP)...

Con una atención muy dispersa mientras estaba en las mesas, producto del sueño y de lo aburrido de algunas ponencias, las cuales generaron pobres apuntes, dieron lugar a este racconto de sensaciones e impresiones, que espero les haya servido de algo leer.

Mat Elefzerakis

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