miércoles, 30 de enero de 2008

*LOS MANDARINES*, de Simone de Beauvoir

Sólo 3 citas, aunque encontré muchas más, son las 3 que tengo “digitalizadas”:

“Me parecía reconocer encrucijadas, baldíos, rieles; pero todos los rieles, todos los baldíos se parecen. Un estanque, un viaducto me parecieron familiares; era como si las cosas estuvieran ahí, pero hubieran cambiado de lugar. ¡Qué locura! –pensé–. Uno se va, dice: Volveré, porque es demasiado duro irse para siempre, pero es una mentira; no se vuelve. Un año pasa, pasan cosas, nada es igual”. Capítulo VIII.

“(...) ser matado o morir no hace tanto la diferencia, y todo el mundo muere, más o menos a la misma edad, con unos cuarenta años de diferencia. No. Nada de todo eso me importa; si las cosas me importaran me sentiría viva, no desearía dejar de ser”. Capítulo XII.

“(...) la vida es la verdad de los vivos. Yo jugaba con la idea de la muerte: con la idea solamente: yo pertenecía todavía a ese mundo. Hoy es otra cosa. Ya no juego. La muerte está ahí; oculta el cielo celeste, ha devorado el pasado y devora el porvenir; la tierra está helada, el vacío la recobró. Un mal sueño flota todavía a través de la eternidad: una pompa de jabón que voy a reventar”. Capítulo XII.

*LOS MANDARINES*, de Simone de Beauvoir

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